Esta serie de publicaciones describen temas de juegos de rol anexándolos a los libros de Benito Pérez Galdós, si alguien no lo conoce hoy lo va a descubrir, en esta entrada empiezo una serie de publicaciones con la una matriz en común , comparar ciertos aspectos de los juegos de rol a la realidad, o lo mas parecido a ella, basándonos en cronistas, la propia historia, y relatos de la época, como por ejemplo Benito Pérez Galdós, aquellos que piensen que leer un libro de él puede ser un aburrimiento o un "coñazo", les invito a leer "Zaragoza" o "Luchana".
En esta primera entrada comenzamos con un aspecto poco usado en los juegos de rol, como son los sitios, empezamos en Zaragoza, durante la invasión francesa, en donde los franceses en el primer intento no logran entrar en la ciudad, pero si en su segundo intento, creando una imagen día tras día, y mes a tras mes de las horribles situaciones que tuvieron que sobrevivir aquellos defensores de esta ciudad, hambre, enfermedades, fiebre amarilla, y los ataques de una de las mejores elites de soldados de la época.
La defensa de Zaragoza se convirtió en leyenda por la participación de las mujeres como combatientes acompañando a sus hijos y maridos, no solo cargando fusiles, sino como expertas tiradoras.
Acompaño aquí diversas citas del susodicho libro:
"detrás de una barricada hecha por ella misma, les espera llena de furor y fusil en mano, la señora condesa de Bureta. —¿Cómo, una mujer, una condesa —preguntó con entusiasmo D. Roque— levantaba barricadas y apuntaba fusiles?".En estos sucesos nació la leyenda de Agustina de Aragón, "La artillera", la cual llego al rango de subteniente. Mujer incansable en la lucha contra los invasores franceses. Agustina fue tomada prisionera y liberada en un canje. Recorrió gran parte de España como animadora de los ejércitos, donde su gesta se había hecho muy conocida. Participó en múltiples combates, incluido el asedio francés a Tarragona. Su carrera militar concluyó en la Batalla de Vitoria, con las fuerzas del general Morillo, que le extendió un certificado por su participación en dicho combate.
¿Quién tras leer esto es capaz de decir ahora que las mujeres no pueden ser guerreras en un partida?
El hambre se convirtió en un enemigo aun mas peligroso que los franceses, creando enemigos en los propios aliados, unos ávidos de buscar alimentos y otros en esconder lo poco que tenían.
Su dolor, además de profunda afección moral, era como un desorden nervioso, y al instante se comprendía que aquel organismo estaba completamente perturbado por el terror, el disgusto y el hambre.
El asedio duro 3 meses, los cuales el hambre destrozo la moral de las tropas, pero la defensa de la ciudad, a cargo del general Palafox no aceptaba la derrota, su lema era simple y brutal como un garrote, <<"¡Después de muerto, hablaremos!">> y <<"guerra y cuchillo">>, los cuales convirtió el asedio a la ciudad en una guerra de guerrillas, en donde los franceses no tenían un segundo de descanso, encontrando enemigos en cada calle y en cada casa.
Se defienden con increíble furia y nos hacen pagar caro por la más pequeña victoria.
Cada convento, cada casa, tiene la misma resistencia que una ciudadela, y cada uno requiere un asedio particular. Todo se disputa paso a paso, desde el sótano hasta el ático, y solo cuando se han matado a todos con bayonetas, o arrojado por las ventanas, es posible considerarse como dueño de la casa. Tan pronto como salimos victoriosos, la casa vecina nos arroja, por agujeros hechos a propósito, granadas, obuses y una lluvia de disparos.
relato del asedio del futuro mariscal Bugeaud.¿Cómo vencieron los franceses?
Prácticamente tuvieron que volar edificio por edificio, rompiendo así las defensas, un trabajo titánico para unas tropas no preparadas para aquel tipo de guerra, agujereaban el suelo hasta llegar a los cimientos de los edificios enemigos, donde la pólvora en gran cantidad destrozaba los edificios al explotar, destrozando los edificios donde sus enemigos se ocultaban, suena fácil, hasta que el túnel cae sobre ti o el explosivo explota antes de tiempo, o cuando tus compañeros morían en las embocadas en la oscuridad en aquellos sucios agujeros.
Los defensores siguieron resistiéndose hasta que la falta de víveres y las terribles condiciones higiénicas que siempre causan los asedios propiciaron una epidemia de tifus. Palafox mantuvo su respuesta de "Guerra y Cuchillo" a la rendición, pero él mismo enfermó gravemente y fue sustituido por Saint-Marq. Este, en connivencia con la Junta de Defensa, decidió rendir la exhausta ciudad, incapaz ya de seguir luchando.
Otro ejemplo en en los libros de Galdós es el Sitio de Bilbao a manos de las tropas Carlitas, dirigidas por el General Carlista Zumalacárregui, en donde los dos intentos terminaron en derrota, ser una ciudad con salida al mar evito un mayor desastre, ya que los aliados pudieron romper el cerco carlista, enviando víveres y armas. Finalmente el asedio es roto en la Batalla de Luchana, por el General Espartero.
Al apuntar el día, que como de los más chicos del año no empezó a despabilarse hasta las siete, ayudando a su pereza lo turbio del celaje, vieron los vencedores a los vencidos desfilando a toda prisa por los senderos que conducen a Erandio y Derio. Otros tomaban presuroso los caminos de Deusto, para pasar a la orilla izquierda por los puentes de barcas que tenían en San Mamés y en Olaveaga. «¡Lástima grande -dijo Espartero, viendo la desbandada del enemigo- no tener caballería disponible para que se fueran con todos los sacramentos!».El sitio duro 2 meses, hasta el 25 de diciembre, Galdós representa el sufrimiento por la falta de comida del pueblo bilbaíno en estas líneas.
Una docena de huevos, de remota antigüedad, no podía adquirirse por menos de sesenta reales. Por una gallina tísica había quien daba media onza. Los gorriones que los chicos cazaban y vendían por chimbos, valían como si fueran pollos. Las alubias llegaban a cotizaciones fabulosas; las patatas no existían, y el bacalao comenzaba a escasear.
A nivel histórico existe numerosos sitios famosos, tanto por la crueldad de los atacantes como por la actitud suicida de los defensores, como el asedio a Cartago, Constantinopla o Malta.
A nivel de misiones se me ocurren numerosas ideas, romper el asedio para llevar armas o comida, eliminar a cualquier de los lideres, un robo aprovechando el caos del ataque, sacar de la ciudad sitiada un personaje u objeto, o aventuras largas con el fin simple de conseguir la victoria en el asedio o sobrevivir como defensores.
En la siguiente publicación detallaremos otro tema oscuro en las partidas de rol, pero vital, la política.
